Llegamos a Kiruna

El miércoles pasado como ya les dije emprendimos nuestro viaje a Kiruna. Todo el trayecto estuvo bien y sin ningún contratiempo lo único relevante que pasó fue que la señorita que me apartó los boletos del tren nocturno en una cabina de 3 camas lo hizo especificando que era de hombres así que cuando llegó el señor de los boletos me dijo que tendríamos que esperar a que el señor que tiene la otra cama no dijera nada. Disfrutamos de nuestro cuarto un buen rato, jugando nintendo juntos y cenando cuando de repente llegó el señor y al principio puso cara de "WHAT??" pero ya después de que le expliqué dijo que no había problema por él, se fue al restaurant hasta que dio la hora de dormir y salió a las 6 AM.





En la mañana cambiamos a nuestro último tren donde te van diciendo en que momento entras al círculo polar ártico y donde ver la Kebnekaise, que es la montaña más alta Suecia. Finalmente llegamos el jueves por la tarde (2:00) donde nos esperaban por parte del tour que contratamos, horas antes habíamos recibido la noticia de que nuestro viaje a la mina que era ese día a las 3 de la tarde se había cancelado por falta de interesados pero le había pedido al chavo que me lo cambiara para el viernes y pues esperar que no se cancele.






Llegamos al hotel y nos preparamos para salir a recorrer un rato el pueblo, como realmente es muy pequeño pues pudimos prácticamente recorrerlo todo, visitamos la Iglesia de madera la cual es el símbolo más representativo de Kiruna, que fue regalada por LKAB (la compañia de la mina) para el pueblo; de adentro está muy simple pero no deja de estar bonita. De ahí nos brincamos al Stadhus, donde hay una exposición sobre la reubicación del centro del pueblo, que explicaré en otro post; encima del Stadhus hay un reloj de hierro. Estos dos edificios han recibido premios por su arquitectura.











Terminamos nuestro recorrido por el pueblo puesto que a las 6 teníamos nuestro viaje en Motos de nieve (snöskoter) para ver si lográbamos ver alguna aurora boreal.